En relación con el planteamiento general, se ha decidido implantar la residencia y la nave de manera que sus principales estancias ofrezcan vistas ininterrumpidas al bosque circundante. Estos espacios están orientados hacia el noreste, asegurando una óptima captación de luz natural y una conexión visual continua con el entorno natural, culminando en el horizonte con la reserva natural de Santa Teresa.

La residencia ha sido diseñada para ganar las mejores visuales posibles, con abundante luz natural y un juego de niveles interiores que separan los distintos espacios según su uso. Esta estrategia contribuye a la estética general de la residencia, creando volúmenes de diferentes alturas que interactúan de manera única con el entorno.

La misma se compone de dos alas principales: una social, que agrupa la cocina, el comedor y el living, y una privada, accesible mediante un pequeño corredor que conduce a las habitaciones, el baño principal y el lavadero, ubicado en un nivel inferior. El espacio principal se despliega bajo la circunferencia del gran domo que corona la casa y contiene un entrepiso junto a un área de relajación. Este diseño, orientado hacia el oeste, ofrece acceso a una terraza con vistas directas al atardecer y a la Laguna Negra, además de proporcionar una panorámica de 360° del terreno.

El corazón del ala social es una chimenea de adobe, y cuenta con una isla que facilita la circulación desde la entrada principal hasta la cocina, la cual es el centro neurálgico de la casa. El living se expande hacia una terraza principal, que ofrece una vista inigualable y se conecta con un generoso espacio verde interior.